Salvia divinorum es una planta perenne, de hojas suaves y verdes que pertenece a la especie de salvia, y a una familia más grande llamada Labiatae.
La salvia puede crecer hasta un metro de altura. El color de las hojas de salvia va del verde claro al verde oscuro y están cubiertas de pelos finos. Las hojas pueden crecer hasta 20 cm de largo y 10 cm de ancho.
La salvia es endémica del estado mexicano de Oaxaca, donde se encuentra naturalmente en el bosque tropical de la Sierra Madre, a altitudes entre 300 y 1800 metros.
Con un rango endémico tan pequeño, la Salvia divinorum es uno de los enteógenos naturales más raros.
Aunque la documentación sobre el uso de la salvia es escasa, se cree que el uso de la salvia puede remontarse a los aztecas, que utilizaban una planta a la que llamaban «pipiltzintzintintli» en sus rituales, de una manera muy similar a la que utilizaban los hongos psilocybe. Muchos autores creían que esta planta era de hecho Salvia divinorum.
Los chamanes mazatecos utilizaban la salvia en rituales adivinatorios y curativos, la mayoría de las veces como sustituto de los hongos psilocybe. El nombre divinorum es un reflejo de su uso en rituales adivinatorios para tratar de encontrar la causa de una enfermedad.
La famosa María Sabina afirmaba que, cuando no había hongos disponibles, ella recurría a la hierba de la pastora (alias salvia) para rituales de curación.
Una de las primeras menciones de la salvia en Occidente se remonta a los años 30 por J. Johnston cuando estudiaba el uso de hongos mágicos en México.
A partir de 1951, Gordon Wasson continuó documentando el uso de la salvia, confirmando en 1962 los efectos psicoactivos de la salvia al probarla él mismo. Ese mismo año trajo una muestra de salvia, que llevó a la primera descripción botánica de Carl Epling.
INGREDIENTES ACTIVOS
La composición química de la salvia no se definió hasta los años 80 cuando Alfredo Ortega aisló por primera vez la salvinorina. Dos años más tarde Leander Valdés aisló el mismo compuesto junto con su derivado desacetyl nombrándolos divinorum A y B. Ya que Ortega fue el primero, su nombramiento tuvo prioridad y a partir de entonces estos compuestos se conocieron como salvinorina A y salvinorina B.
Posteriormente, la salvinorina C y el loliolide también se aislaron como compuestos presentes en las plantas de salvia.
La salvinorina no es un alcaloide, como la mayoría de los compuestos psicodélicos, sino un diterpeno neoclorado.
La salvinorina A es responsable de los efectos alteradores de la salvia y no está relacionada con ninguna droga psicoactiva conocida, ya que no afecta a los mismos receptores que la mayoría de las sustancias de la clase psicodélica.
Aunque se conocían los efectos psicoactivos, la acción química de la salvinorina A era un misterio. No fue hasta 2002 que el Grupo Roth descubrió la conexión entre la salvinorina A como agonista del sistema kappa-opioide.
EFECTOS
Como se mencionó anteriormente, la salvinorina A es responsable de los efectos psicoactivos de la salvia. La mayoría de usuarios describen sus efectos como únicos y no comparables con otras plantas o drogas psicoactivas, e incluso su comparación con la experiencia visionaria de la DMT no es del todo correcta.
Los efectos más frecuentes descritos por los usuarios de salvia son:
- pérdida del control motor y de la coordinación física
- risa incontrolable
- visiones
- pérdida de la conciencia individual y de uno mismo
- realidades superpuestas: sensación de estar en varios lugares al mismo tiempo
- sensaciones de movimiento como ser arrastrado, torcido, volando
- sensación de viajar a otras épocas y lugares
- espacio percibido como curvilíneo
- sensación de convertirse en objetos como una mesa o una silla
- profunda conexión con un «todo» más amplio y un sentido de comprensión profunda
- visiones de patrones y formas serpenteantes
- sensación de confusión
- sensación de formar parte de un campo de energía
- sensación de estar bajo el agua o bajo tierra
- percepción alterada del entorno
- experiencias fuera del cuerpo
Estos efectos son los más comúnmente descritos y no ocurrirán todos al mismo tiempo.
Como con todas las sustancias, la intensidad y la duración de los efectos es directamente proporcional a la dosis tomada y al método de consumo, y los efectos pueden variar desde sutiles y ligeros con una dosis pequeña hasta extremadamente potentes con dosis altas.
La salvia rara vez produce efectos secundarios adversos, siendo escasos los informes existentes de personas que sienten mareos algunas horas después de su consumo. Pocas personas describen una sensación de paz después de que los efectos principales han disminuido e incluso hay usuarios que afirman sentir una sensación general de bienestar en los días después de consumir salvia. No hay informes de efectos negativos referentes a resaca al día siguiente de fumar salvia.
La salvia no genera hábito, así que no sentirás la urgencia de hacerlo de nuevo sin parar.
Los efectos son de corta duración y volverás «a la normalidad» muy rápido. Así que, en caso de vivir una experiencia incómoda, la recuperación será rápida.
Daniel Siebert, un conocido investigador de la salvia durante más de 20 años, creó S-A-L-V-I-A, un baremo experimental con el que cuantificar la variedad e intensidad de los efectos que se pueden esperar cuando se consume salvia:
- S – Efectos sutiles: hay una sensación general de que algo está sucediendo sin ningún sentimiento concreto. A este nivel hay un aumento de la relajación. Este nivel es útil para la meditación. Sensación sensual ligera que facilita el placer sexual.
- A – Percepción alterada: los colores y texturas son más pronunciados. Alteración de la percepción espacial sin visiones. El pensamiento se vuelve menos lógico y más lúdico.
- L – Estado visionario ligero: sensaciones visuales de ojos cerrados con fractales y vides como patrones geométricos y visiones de objetos. Las visiones se experimentan como un divertimento y no se confunden con la realidad.
- V – Estado visionario vívido: se producen escenas tridimensionales complejas. Con los ojos cerrados se pierde la conexión con la realidad y se entra en una escena onírica. En este nivel estás en un «tiempo de sueño» y mientras mantengas los ojos cerrados creerás que las visiones están ocurriendo realmente. Podrías viajar a países extranjeros o lugares fantásticos, encontrar seres o incluso vivir la vida de otra persona.
- I – Existencia inmaterial: en este nivel perderás conciencia de tu cuerpo. Aunque queda algo de conciencia, uno se involucra completamente en las experiencias internas y pierde todo contacto con la realidad. Habrá sentimientos de fusión con lo divino o con objetos. Será imposible funcionar en una realidad consensual y tener alguna interacción social.
- A – Efectos amnésicos: generalmente la conciencia se pierde en este nivel. Las personas pueden permanecer inmóviles o caerse. Pérdida de dolor, alguien podría lesionarse sin sentir dolor. Al volver a la realidad no habrá ningún recuerdo de la experiencia o de lo que la persona hizo. Este nivel es de un trance muy profundo y no es el más deseable, ya que uno no puede recordar en absoluto la experiencia.
Como planta medicinal hay informes que los indios de la región de Oaxaca usaban salvia para tratar:
- trastornos de defecación y orina
- dolor de cabeza
- reumatismo
- anemia
Salvia no es una droga para consumir en fiestas y no debe usarse en interacciones sociales. Recomendamos encarecidamente leer las indicaciones de uso seguro de salvia y respetar las dosis para disfrutar de una experiencia agradable.